“Niño universal” visita la Galería de Arte Contemporáneo
La serie de fotografía intervenida de la artista Liliana Amezcua estará a la vista del público xalapeño; hoy es la inauguración
Fuente Diario de Xalapa
Liliana Amezcua es una artista que trabaja diariamente entre 12 y 14 horas en una casona del siglo XVII, en la ciudad de Puebla, un sitio que constantemente le recuerda que tuvo que renunciar al negocio familiar —perfumería— “porque según las autoridades, algunas de las materias primas podrían ser usadas para fabricar drogas sintéticas”. Pero no, no es éste el motivo por el cual es poseedora de una mirada crítica a los asuntos políticos y de la vida diaria: ella tuvo cercanía con el arte desde que era pequeña; después vino la profesionalización, el interés por el diseño y la antropología social. Fue, dice con orgullo, una de las primeras mujeres “hippie” en teñirse el cabello de un color nada convencional; conjuntamente a sus ideales, procuró —y procura— y alimentó su espíritu y su mente para ser libre y decir lo que piensa, tanto con la palabra como con sus propuestas artísticas.
Una de las producciones de largo aliento con las que cuenta Liliana es El niño, serie de fotografía intervenida que inició como un proyecto muy íntimo en 2015, sin mayores pretensiones.
Actualmente, la serie es pública y ha crecido a más de 50 fotografías, de las cuales, 24 habrá oportunidad de conocer en la sala 3E de la Galería de Arte Contemporáneo de Xalapa, donde este 24 de octubre será la inauguración.
ORIGEN
El niño, compartió en entrevista la expositora, tiene origen en el hallazgo de la fotografía de un infante que muy probablemente vivió en condiciones desfavorables, en Estados Unidos o Noruega.
Hoy, el chico se ha vuelto universal. En lo que puede ser definido como un arte contestatario, Liliana Amezcua muestra al niño en distintos escenarios: en algunos es cobijado y alimentado; en otros, permanece con la mirada fija en la nada, mientras a su lado aparecen algunas armas.
Una de las más de 50 piezas que forman la serie/Foto: Cortesía
El niño no es solo un reflejo de las necesidades de un pequeño, es lo que pudo haber sido. También se divierte con sus juguetes, y yo con él, pero siempre con un respeto.
En cuanto a los materiales que emplea para intervenir la fotografía, de una manera lúdica ocupa pinceles, recortes de revistas antiguas, tejidos, bordados y juguetes en miniatura.
El niño más reciente, en honor a los veracruzanos, es un jarocho, que todos estamos invitados a conocer en Xalapeños Ilustres 135, centro histórico de Xalapa.
La convocatoria también es abierta para descubrir, o redescubrir, a quien es considerada una representante del movimiento plástico neomexicano, una mujer de 59 años de edad —cuatro décadas las ha dedicado al arte— que conforme transcurre el tiempo confirma que no erró el camino, pues el arte ha sido la mejor manera para compartir su versión de la vida, “para entender los sucesos, para lidiar con la terrible realidad que nos ha tocado vivir”.